Lavar de forma constante las toallas de baño, así como las de la cocina, es una medida preventiva para evitar la aparición de agentes infecciosos que causan enfermedades gastrointestinales y de la piel.
¿Alguna vez te has preguntado, por qué las toallas huelen tan mal? Estos olores desagradables que se perciben en algunas toallas son consecuencia de la humedad y los microorganismos. Pero los fuertes olores no solo generan incomodidad, también pueden provocar la acumulación de gérmenes en la cocina y ropa de baño, así como alergias. Para evitarlo, lo más recomendable es lavarla y cambiarla a menudo.
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Arizona, las toallas y trapos del baño y cocina albergan muchas bacterias. El mayor riesgo se presenta en la transmisión de patógenos que provocan enfermedades gastrointestinales.
Enfermedades en la piel
Los gérmenes presentes en las toallas de baño sucias, pueden provocar enfermedades dermatológicas. Estas toallas sucias pueden provocar infecciones cutáneas que se transmiten por fómites, es decir, un agente infeccioso que sobrevive durante un largo tiempo en superficies como la ropa.
Entre las enfermedades de la piel más comunes se encuentran la sarna, los moluscos contagiosos y el impétigo contagioso. Asimismo, cuando las toallas duran mucho tiempo sin lavarse pueden aparecer hongos, ácaros y bacterias que afectan principalmente a las personas con patologías dermatológicas.
¿Cada cuánto tiempo se deben lavar las toallas?
En muchos hogares lavan las toallas de baño durante una semana, pero no existe una norma estricta que indique que eso es lo correcto. Algunos dermatólogos recomiendan que el cambio debe hacerse de acuerdo a la época del año y el clima, sin embargo, enfatizan que hacerlo cada 3 o 4 días es lo adecuado.
También consideran pertinente seguir algunas recomendaciones como usar tejidos naturales, lavarlas con detergentes suaves y sin suavizantes, así como dejarlas secar las toallas después de cada uso.