Al entrenamiento de fuerza, poca importancia le daban hasta hace unas décadas. Parecía que el corazón era el único músculo que importaba, y todo giraba en torno al entrenamiento aeróbico y el cardio.
Sin embargo, empezaron a cambiar las recomendaciones, a medida que estudios nuevos demostraban los grandes beneficios que tiene el entrenamiento de fuerza. En ese sentido, la mayoría de las guías de ejercicios físicos en la actualidad, sugieren incluir, por lo menos dos sesiones a la semana de entrenamiento de fuerza.
No obstante, la mayoría de individuos no saben por dónde comenzar, y eso es justamente lo que se indicará en este post.
Significado de entrenamiento de fuerza
Son importantes todas las capacidades físicas, sin embargo, la fuerza es la base. Todo movimiento requiere un mínimo de fuerza.
La ejercitación aeróbica necesita la aplicación de fuerza constante. La potencia se mide fuerza por velocidad. La estabilidad o el equilibrio requieren e la aplicación de fuerza para dominar la gravedad.
Entonces, ¿qué se podría considerar como entrenamiento de fuerza? Es aquel que involucra esfuerzos musculares, los cuales no se pueden mantener sin descanso más allá de pocos minutos.
Es por ello, un ejercicio anaeróbico que principalmente consume glucógeno y fosfocreatina. Otro aspecto específico del entrenamiento de fuerza, es su propósito: el principal objetivo es optimizar la masa muscular y la fuerza.

Ventajas de practicar este tipo de entrenamiento
En la antigüedad, como consecuencia del entorno natural las personas eran fuertes, o te morías. En la actualidad, el individuo no depende de su fuerza para proteger a la familia o comer, es por ello que no se le da importancia.
No obstante, el hecho de que se hayan inventado los trabajos en las oficinas, no cambia la genética del ser humano.
Entre los principales beneficios que tiene el entrenamiento de fuerza están los siguientes: optimización en la densidad ósea, incremento en la masa muscular, optimiza el bienestar de las articulaciones, perfecciona la postura, disminuye la grasa visceral y corporal, controla y previene la resistencia a la insulina, proporciona coordinación y equilibrio, etc.