El entrenamiento oclusivo es un tipo de entrenamiento enfocado en producir adaptaciones positivas en el organismo como hipertrofia, fuerza y analgesia. Esto se logra a través de un método de entrenamiento que se basa en la restricción parcial del flujo arterial con ejercicio físico.
En el mundo de la fisioterapia, el entrenamiento oclusivo ha ganado espacio por sus grandes aportes al organismo.
Japón es el país pionero en esta herramienta deportiva y desde la década de los 60 ha aplicado el entrenamiento inclusivo a miles de personas. Su principal objetivo es mejorar su fuerza, funcionalidad, salud general, calidad de vida entre otros.
Importantes beneficios del entrenamiento inclusivo
En un principio, este tipo de entrenamiento estaba enfocado a la mejora de la masa muscular, conocido como hipertrofia y de la fuerza. Con el pasar de los días, estos entrenamientos han mostrado sus beneficios en cuando a la disminución del dolor, la creación de nuevos vasos sanguíneos y tejido óseo y disminución de la fatiga.
Estos increíbles beneficios, han hecho del entrenamiento inclusivo una herramienta significativa para la rehabilitación, readaptación y prevención de lesiones.
Cómo se entrena con oclusión
Para hacer un buen entrenamiento oclusivo es necesario utilizar el ejercicio físico de baja carga, es decir, de 20 a 40% de la repetición máxima. Estas cargas bajas son las más indicadas para aquellas personas que sufren lesiones por inexperiencias en el entrenamiento de fuerza.
Esto normalmente ocurre debido a la inexperiencia en el entrenamiento convencional o de carga alta cuando supera el 70% de la repetición máxima. Cabe destacar, que se recomiendan para personas en proceso de pre-operatorios y post operatorios tempranos. Su práctica evita la pérdida de masa muscular y fuerza.
El entrenamiento oclusivo debe ser aplicado bajo la orientación de especialistas calificados y con las medidas de seguridad pertinentes. Solo de esta manera se pueden obtener importantes beneficios y no afectar tu salud durante el entrenamiento.