Las medias de compresión son una indumentaria muy útil para los deportistas. Tal vez has visto a algunos deportistas de running lucir unas medias largas y seguro te generan curiosidad. Pues se trata de este tipo de medias que favorece la circulación al momento de ejercitarte.
Estas medias son ideales para sujetar los músculos y prevenir lesiones mientras entrenas. Existen varios modelos. Unas son especiales para entrenar, otras se usan para la recuperación después del entrenamiento y otras para competir en una carrera.
De igual forma, cada una tiene un objetivo y variará de acuerdo a la presión, longitud o el material con el que fueron elaboradas. En los deportes de resistencia, como el running donde se necesita correr muchos kilómetros sin descanso, estas medias de compresión, son las indicadas.
Cabe destacar, que, si apenas estás empezando a entrenarte, o corres pocos kilómetros al día, lo más probable es que no las necesites todavía. Todo va a depender de tus necesidades, ya que si sufres alguna dolencia o tu doctor te recomienda su uso, es muy probable que debas llevarlas.
Con estas medias, al principio y mientras te acostumbras te sentirás extraño, sin embargo, con el pasar de los días notarás la diferencia. Cuando te las quites, verás la reducción de la fatiga, así como del dolor muscular y, además, sentirás al día siguiente que tu recuperación será rápida.
Beneficios de las medias de compresión en running
El uso de las medidas de comprensión es ideal para aliviar y sobrellevar los entrenamientos de running. Entre sus principales beneficios podemos destacar:
- Ayudan a mejorar la resistencia y el rendimiento deportivo.
- Reducen la fatiga y evita los dolores musculares.
- Facilita la recuperación después de cada entrenamiento.
- Ayuda a mejorar la circulación sanguínea y el ritmo cardíaco.
- Permite sujetar mejor los músculos.
- Ayuda a reducir la inflamación y hace que la recuperación sea más rápida.
- Mantienen el calor corporal en distintas temperaturas.
- Reduce la aparición de lesiones habituales como la tendiosis aquilea, la periostitis tibial, entre otras.