Las enfermedades transmitidas por los alimentos, se define como una eventualidad en la cual dos o más individuos presentan una afección similar luego de consumir un mismo alimento, y las pruebas epidemiológicas señalan al dicho alimento como el causante de la patología.
Los brotes pueden incluir números particulares de casos (se entiende como “caso”, una persona afectada).
Un caso único de envenenamiento químico, botulismo o de una patología, que no esté en el país, puede bastar para desencadenar relativas acciones a un epidémico brote. Ya que los agentes que provocan la enfermedad se consideran graves.
También es fundamental tener en cuenta que pueden suceder aislados casos de enfermedades transmitidas por alimentos.
Los casos o brotes de enfermedades transmitidas por alimentos, apenas representan la punta del iceberg.
La posibilidad de que un caso o brote se notifique y se reconozca por las autoridades en materia de salud, va a depender, entre otros factores, de la comunicación de las personas, de la narración de los médicos y de las tareas de vigilancia sanitaria de las autoridades
Alimentos involucrados en las enfermedades transmitidas por alimentos
Aquellos ingredientes, que con más frecuencia se ven involucrados en epidemias, y casos de enfermedades transmitidas por alimentos, son los de origen animal.
En el mayor porcentaje de casos de enfermedades transmitidas por alimentos, en los cuales se pudo identificar el vehículo de transmisión. Los productos implicados eran carne porcina, bovina, de pescados, de aves, moluscos, crustáceos, productos lácteos o huevos.
Para que suceda una enfermedad transmitida por alimentos deben estar presentes el patógeno o toxinas en el alimento. No obstante, la presencia sola del patógeno no quiere decir que ocurrirá la patología.
¿Qué sucede en la mayoría de casos de este tipo de enfermedad?
Tiene que estar presente el patógeno en una suficiente cantidad, como para ocasionar enfermedades de transmisión por alimentos, o para producir toxinas.
El alimento tiene que tener la capacidad para respaldar el crecimiento y desarrollo de los patógenos. Es decir, tiene que presentar características interiores que beneficien el progreso del agente.
Tiene que consumirse una suficiente porción o cantidad del alimento que contiene el agente, para sea sobrepasada la barreta de susceptibilidad de la persona.