El ácido láctico es una sustancia que se acumula en el organismo, como consecuencia de la descomposición de la glucosa que usan los músculos para obtener energía.
Esta sustancia aumenta cuando se hacen carreras de ciclismo muy intensas o cuando se pedalea por un lapso de tiempo prolongado. Esto hace que exista déficit de oxígeno y haya una mayor producción y acumulación de ácido láctico en los músculos.
Cuando el atleta requiere de una mayor demanda anaeróbica es normal que aparezca el ácido láctico. Si la producción de esta sustancia es muy elevada, hará que se generen algunos síntomas. Estos pueden ser fatiga, calambres, sensación de dolor al pedalear, ardor en los músculos, así como mareos y nauseas.
Al llegar a ese momento, tendrás que pedalear con más dificultad porque sentirás tus músculos pesados y hasta adoloridos.
Recomendaciones para reducir el ácido láctico
Si eres ciclista debes tener en cuenta que la aparición de este ácido es inevitable, sin embargo, existen algunas formas de reducir su producción y a su vez el dolor mientras te ejercitas. Intenta con algunas de estas recomendaciones que te dejamos a continuación y notarás la diferencia.
Es fundamental que te mantengas hidratado, aunque hagas recorridos cortos. Asimismo, se recomienda beber agua cada 15 minutos y en altas sesiones de entrenamiento tomar algunos sorbos de bebidas isotónicas.
Cuando te ejercites trata de ir paso a paso para que tus piernas se acostumbres a las altas exigencias físicas. Si esfuerzas tu cuerpo más allá del límite sin entrenamiento previo, aumentará la producción de ácido láctico.
Antes de salir a pedalear con tu bicicleta, lo más importante es hacer un breve calentamiento. Asimismo, entrena 2 o 3 veces por semana tomando en cuenta los tiempos de recuperación.
Al momento de terminar con tu rutina de entrenamiento, dedícale 15 minutos a pedalear suave. De esta forma, terminarás con éxito tus recorridos.
Consume alimentos ricos en agua, magnesio y complejo B. Estos te ayudarán a procesar el residuo de la mejor manera.