El dolor de rodilla es un síntoma muy molesto después de correr y su aparición se puede deber a varios factores. Hoy queremos darle algunas recomendaciones necesarias para que puedas aliviar tu dolor y sentirte mejor después de una carrera o entrenamiento.
En muchos casos, este dolor aparece en aquellos atletas que corren diariamente, debido al síndrome de fricción de la banda iliotibial. Este es más agudo en la parte lateral de la rodilla. Otras de las posibles causas pueden ser por desgaste de la articulación, o por la presencia de una tendinitis.
Para que estos síntomas disminuyan se recomienda aplicar una crema antiinflamatoria, puede ser Diclofenaco o Ibuprofeno. También se aconseja usar compresas frías y suspender los entrenamientos mientras llega la recuperación. Si estas alternativas no te han funcionado, a continuación, te dejamos otras opciones para ver cómo te va.
Usa hielo
Para que el dolor de rodilla disminuya un poco, puedes aplicar hielo, sobre todo cuando está enrojecida o hinchada. Esto ayudará a minimizar la sensación de dolor. Lo ideal es que lo apliques dos veces al día durante 15 minutos. Para evitar quemaduras en la piel se aconseja envolver el hielo en un paño fino. Después que apliques el hielo puedes hacerte un pequeño masaje en la rodilla, moviendo la rótula de lado a lado durante unos cinco minutos.
Rodillo automasaje
Este rodillo de espuma especial para automasajes es perfecto para combatir estos dolores de rodilla. Debes colocar el rodillo en el piso y dejar que se ruede sobre el área afectada por un lapso de 5 a 10 minutos.
Utiliza en tensor para las rodillas
Para que mantengas la rodilla inmovilizada, debes ponerte una cinta elástica todo el día, ya que te ayudará a disminuir el dolor y además, provoca una sensación de opresión y comodidad.
Haz estiramientos diarios
El dolor de rodilla debe ser tratado con mucha cautela. Expertos recomiendan que durante la carrera o al finalizar, estire la pierna suavemente. Debes flexionar la pierna hacia atrás y sostenerla con una mano. Otra de las opciones es hacerlo sentado desde una silla. Los pies debes estar en el suelo y luego levanta lentamente la pierna con la rodilla afectada. Se recomienda hacer tres series de unas 10 repeticiones.