En este artículo de RunOnWorld, se ofrecerá información relacionada con la rutina de hipertrofia muscular, para brindar detalles a quienes desarrollan estas ejercitaciones.
En muchos casos, las personas dudan si están haciendo una periodización buena en la ejercitación, si mantienen una frecuencia adecuada o si deben hacer cambios en la rutina de hipertrofia muscular. Para lograr un progreso adecuado y evitar estancarse.
¿Cuándo debes hacer cambios en la rutina de hipertrofia muscular?
Es habitual que en las primeras 5 o 6 semanas de una práctica nueva de hipertrofia, el individuo tenga agujetas, no conozca bien el método de ciertos ejercicios, no resista de forma adecuada el volumen de los mismos, etc.
Esto genera que no trabaje con el potencial máximo durante dichas semanas. Sin embargo, luego de pasar ese tiempo, se debe incrementar la frecuencia, densidad, el volumen o la intensidad. Para lograr el provecho máximo a la rutina de manera que consiga las ganancias más altas a nivel de hipertrofia.
Sabiendo esto, es un error hacer cambios completamente cada 5 o 6 semanas en la rutina de hipertrofia, solamente para que el individuo ya no tenga agujetas. Igualmente, es ineficaz e ineficiente no cambiar la rutina nunca.
Principios de entrenamiento en estas rutinas
Existen tres principios de entrenamiento que se deben respetar para realizar una rutina de hipertrofia muscular:
Principio de sobrecarga
Es cuando se somete el cuerpo a una intensidad mayor, pudiendo lograrse a través del incremento del peso levantado, incrementando las series/repeticiones de una ejercitación, aminorando entre las series los tiempos de descanso, o incrementando la frecuencia del entrenamiento a la semana, por ejemplo.
Principio de especificidad
Se refiere a entrenar de una manera concreta, para lograr el propósito de ejercitación, que es la hipertrofia muscular en este caso.
Deben seleccionarse algunos grupos de músculos, intensidad, volumen y velocidades de movimiento, entre otros.
Principio de variedad
Se trata de la administración de las variables de ejercitación, por ejemplo, volumen, intensidad, etc.; resultando la mejor forma de aplicarla a través de la planificación y periodización.