El sumo es más que un deporte en Japón; es una práctica cultural con profundas raíces históricas y espirituales. Conocido mundialmente por sus combates intensos y sus luchadores de gran tamaño, el sumo representa un símbolo de tradición y respeto en la sociedad japonesa. Por ello, a continuación, te contamos su historia, tradiciones, reglas y su impacto cultural.
Orígenes del sumo: Una práctica espiritual
El sumo tiene sus raíces en ceremonias religiosas realizadas en los santuarios sintoístas hace más de 2,000 años. Según la mitología japonesa, el primer combate de sumo tuvo lugar entre los dioses Takemikazuchi y Takeminakata para decidir quién gobernaría las tierras de Japón. Este relato subraya cómo el sumo estaba vinculado a los rituales destinados a honrar a los kami (deidades japonesas) y garantizar cosechas abundantes.
Durante el período Nara (710-794), el sumo comenzó a institucionalizarse. Se realizaban combates durante festivales religiosos para entretener a la corte imperial y obtener favores divinos. En esta etapa, las reglas aún no estaban formalizadas y los luchadores podían utilizar técnicas muy agresivas.
El sumo en el período Heian: Un deporte de la nobleza
Durante el período Heian (794-1185), el sumo se consolidó como un entretenimiento exclusivo de la nobleza. Las competencias se llevaban a cabo en palacios imperiales y tenían estrictos protocolos. Aquí se establecieron algunas reglas iniciales que limitaban la violencia extrema. Los luchadores, llamados rikishi, comenzaron a ser seleccionados no solo por su fuerza, sino también por su habilidad y disciplina.
En este periodo, el sumo también se utilizó como una herramienta para entrenar a los guerreros samuráis. Les enseñaba no solo técnicas de combate cuerpo a cuerpo, sino también valores de resistencia y concentración.
Transformación del sumo en el período Edo
El período Edo (1603-1868) marcó un punto de inflexión en la historia del sumo. Con la unificación de Japón bajo el shogunato Tokugawa, el sumo pasó de ser un ritual religioso a convertirse en un deporte profesional. Durante este tiempo:
- Nacieron los torneos organizados. Se construyeron arenas específicas para los combates, conocidas como dohyo, y se establecieron las primeras ligas profesionales.
- Se creó el sistema de rangos. Los luchadores se clasificaban según su desempeño, dando origen a los niveles de yokozuna (gran campeón) y otros rangos inferiores.
- El sumo se volvió un espectáculo público. Las ciudades se llenaban de espectadores ansiosos por ver las competencias, lo que convirtió el sumo en una fuente de entretenimiento masivo.
Este fue también un período en el que las reglas se formalizaron, incluyendo la prohibición de golpes letales y el uso de técnicas peligrosas.
Tradiciones y rituales del sumo
El sumo no es solo un deporte; está impregnado de simbolismo y rituales que reflejan la espiritualidad japonesa. Antes de cada combate, los rikishi realizan una serie de ceremonias destinadas a purificar el dohyo y alejar a los malos espíritus. Algunas de estas tradiciones incluyen:
- El lanzamiento de sal: Los luchadores arrojan sal al dohyo como símbolo de purificación.
- El shiko: Este es el acto de levantar las piernas y golpearlas contra el suelo, representando la expulsión de los malos espíritus.
- La reverencia inicial y final: Los rikishi se inclinan antes y después del combate para mostrar respeto hacia su oponente y las reglas del sumo.
Además, los luchadores visten el mawashi, un cinturón de tela que tiene un diseño tradicional y representa su compromiso con las normas del deporte.
El sumo en la era moderna
Con la llegada de la modernidad, el sumo enfrentó el desafío de adaptarse a una sociedad globalizada. Sin embargo, ha logrado mantener su esencia y sigue siendo una parte fundamental de la cultura japonesa. Actualmente, los torneos profesionales se celebran seis veces al año en distintas ciudades de Japón, siendo Tokio el epicentro de este deporte.
Aunque el sumo es tradicionalmente japonés, en las últimas décadas ha atraído a luchadores de diferentes países. Mongolia, Hawái y Europa han producido campeones destacados, lo que demuestra el alcance global del deporte. A pesar de esta apertura, los luchadores extranjeros deben adaptarse a las estrictas normas y tradiciones japonesas para competir.
Las reglas contemporáneas del sumo
Hoy en día, el sumo tiene un conjunto claro de reglas que garantizan la seguridad y el espectáculo:
- El objetivo es sacar al oponente del dohyo o hacer que toque el suelo con una parte del cuerpo distinta a los pies.
- No se permiten golpes con los puños cerrados ni tirones de cabello.
- Cada combate dura solo unos segundos, lo que resalta la importancia de la fuerza, la técnica y la estrategia.
Conclusión
El sumo no es solo un deporte, es una tradición profundamente arraigada en la cultura japonesa. Desde sus orígenes espirituales hasta su evolución como espectáculo profesional, el sumo ha sido un pilar de la identidad de Japón. Su rica historia y sus rituales únicos continúan fascinando a personas de todo el mundo, asegurando su relevancia en el siglo XXI. Mantener este legado no solo honra el pasado, sino que también inspira a las futuras generaciones a valorar la cultura y la disciplina que el sumo representa.