Aunque todas las apuestas se inclinan a favor del Sao Paulo, se mira con cierto recelo al Independiente de El Valle. Los brasileños son amplios favoritos para ganar la Copa Sudamericana que este sábado 1 de octubre se define, en partido a jugarse en el estadio de Córdoba, que lleva el nombre del goleador del Mundial de 1978, Mario Alberto Kempes.
El segundo torneo de clubes en importancia después de la Copa Libertadores, toca a su fin, con dos escuelas diferentes que llegan a esta instancia luego de recorrer caminos intrincados, pero que al final se impusieron con jerarquía para ser dignos rivales de una finalísima de clubes.
Los dos elencos saben que es celebrar un título de Copa Sudamericana. Los de Sao Paulo la ganaron en el año 2012 ante el club Tigre de Argentina en final a ida y vuelta; por su parte, los meridionales se llevaron el título en 2019, la victima volvió a ser otro conjunto argentino, el Colón de Santa Fe, siendo esta la primera definición a partido único.
El ganador de la gran final de este sábado 1 de octubre entre Sao Paulo y El Valle, se une a un reducido pero selecto grupo de equipos que han disfrutado de la copa por partida doble. Solo los elencos argentinos Boca Juniors e Independiente de Avellaneda, además del brasileño Athletico Paranaense han levantado la copa en dos ocasiones.
El Valle sufrió para llegar a Córdoba
Para llegar hasta Córdoba, el Independiente de El Valle, dirigido por el argentino Martin Anselmi, empezó a transitar la ruta desde los octavos de final.
Esta temporada jugó la Copa Libertadores, pero quedó en tercera casilla del grupo D, detrás de Atlético Mineiro y Deportes Tolima, eso lo envió directo a Sudamericana. En esta instancia, se enfrentó al Lanús argentino en la ronda de 16avos ganando 2 a 1 en el global, gracias a su fortaleza de local.
Se encontró en cuartos de final sacando del paso con facilidad al venezolano Deportivo Táchira 0-1/4-1, con global (5-1), y siguió su poderoso envión de goles, dejando en semifinales al peruano Melgar con un global 6 a 0. (3-0) y (0-3)
Sao Paulo tuvo que remar desde el principio en la Sudamerica. Fue primero del grupo D por encima del Everton de Chile, Ayacucho de Perú y Jorge Wilstermann de Bolivia, ganando 5 partidos y un empate para finalizar invicto.
Sacó en octavos de final, a la Católica de Chile por nocaut con global 8-3 (4-2 y 4-1); luego el Ceará lo complicó y tuvo que vencerlo en penales 4-3; y por la misma ruta de los penales eliminó en semifinales a Goianiense, luego de un global 3 a 3.
La final se había planificado para jugarse en el Mané Garrincha en Brasilia, pero la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) desistió de organizar el encuentro debido a que en esa misma fecha son las elecciones presidenciales en ese país.
