La brutal exhibición que realizó el keniano Eliud Kipchoge, sobre el trazado de Berlín dejó estupefactos a los aficionados que durante el recorrido le animaron para inyectar más energías en un cuerpo que se crecía con cada kilómetro devorado a ritmo de gacela.
Este portento atlético que apenas pesa 52 kilos, impuso una nueva marca en su ya larga y fructífera carrera deportiva. Kipchoge hizo una carrera impresionante, dejando atrás con suficiente distancia a sus principales contrincantes, para quedarse con el triunfo final y un nuevo registro para la historia, quedando a pocos segundos de bajar de las 2 horas, para la distancia de 4 kilómetros.
El keniano Kipchoge implanta un astronómico tiempo de 2 horas, 1 minuto y 9 segundos, para convertirse en el flamante campeón del Maratón de Berlín, prueba que concitó la atención mundial y lo dejó listo para afrontar nuevos retos en las carreras élite.
Es el título número 15 para el keniata, algo que ningún otro humano ha logrado. La abismal diferencia que puso en relación al etíope Mark Korir (2h.05m.58s) dejó pasmados a sus rivales y los miles de aficionados que aplaudían la proeza de este súper atleta de 1.57 de altura.
Las condiciones del día jugaron a favor de Kipchoge
Tal como ocurrió en 2018, cuando estableció el registro de 2h01:39, batiendo la anterior marca de Dennis Kimetto en 2014 (2h02:57), las condiciones del día se confabularon con él. Su perfecto andar lo hacía volar sobre las calles de Berlín. La temperatura rondaba los 11 grados centígrados y una calzada seca, hizo más seguro el agarre del liviano atleta sobre el asfalto.
Desde el mismo arranque, los atletas llamados a ser protagonistas impusieron condiciones, con los africanos metiendo presión para seleccionar la carrera, entonces el ritmo se incrementó muy temprano.
Los parciales del grupo donde aparecía Eliud Kipchoge daban un indicativo que el día sería de record. 14:14 a los 5 km, 28:23 a los 10 km, 42:33 a los 15 km y 56:45 a los 20 km. Al paso por el ecuador de la carrera se registraba un tiempo de 59:51, que superaba la marca del 2018 que marcó 1h.00.06.
No descansó hasta conseguir el récord mundial
Con el aumento de los kilómetros, Kipchope hacía gala de sus condiciones, y en plenitud de la vida a sus 38 años buscaba otro nuevo récord siempre con la mirada fija en el objetivo. Sus rivales iban cayendo uno a uno, primero fue Gude Ayola (Etiopía) y su Belihu entonces apareció como el rival a vencer aunque solo fue un espejismo porque claudicó sobre los 25 kilómetros de carrera y tuvo que conformarse con un cuarto lugar a 5 minutos y medio del vencedor (2h06:40).
16 segundos era la ventaja que tenía Kipchoge sobre sus perseguidores, cuando se marcó el kilómetro 25. Después del kilómetros 30 parecían flaquear las piernas del keniano, pero luego tuvo un segundo aire para recuperar fuerzas a falta de 7 kilómetros para el final. Los tiempos mejoraban y con ello el ritmo del puntero subía en intensidad.
Todo estaba decidido en el kilómetro 40, porque mejoró su ventaja en 20 segundos más. Mark Korir y Tadu Abate llegaban descolgados, en el dos y tres en la raya. La caída de su propio récord estaba cantado, y en eso se afincó en los últimos metros, porque ya el triunfo era anunciado, sin rivales a la vista. Era su cuarto triunfo en Berlín, como lo hizo en Londres, lo que pocos mortales han logrado conseguir.
