En la industria de la alimentación, puedes conseguir una amplia cantidad de conservadores de alimentos. Los cuales son aditivos que se utilizan para mejorar las propiedades organolépticas de algunos productos, optimizar su consistencia o para dar color.
Seguramente, en algún momento habrás escuchado sobre los conservadores de alimentos. Pero tal vez no sepas qué son exactamente, cuáles son las funciones que cumplen y si existe algunos daños vinculados con su ingesta. Aquí hablaremos sobre ellos.
Qué son conservadores de alimentos
Se trata de ciertos aditivos que se encargan de incrementar la vida útil de los alimentos; no agregan valor nutricional necesariamente. Sin embargo, sí pueden tener ciertas propiedades de color, apariencia o textura.
Su principal objetivo es evitar que se formen bacterias y microorganismos nocivos para la salud, así como frenar el progreso de la natural descomposición de los alimentos.
Dichos conservadores de alimentos mantienen o detienen el deterioro, evitando que se forme la descomposición, fermentación y moho, así como el ataque de microorganismos y bacterias. Si no se utilizan estas sustancias, seguirían los alimentos su descomposición natural, generando intoxicaciones y enfermedades en los individuos que los ingieren.
Características y funciones de estos aditivos
Agregar conservadores de alimentos es esencial para asegurar la estabilidad de los productos a nivel microbiológico, pero, además, para evitar pérdidas en la industria alimenticia al disminuir el peligro de que los microorganismos originen pérdidas de materias primas y mercancías al dañarse.
Dichas sustancias se caracterizan por no ser tóxicas, o por contar con un grado muy bajo de toxicidad para lograr la inocuidad de los alimentos, cumpliendo así con las normas actuales de seguridad alimentaria.
Los distintos conservadores de alimentos, están regulados por las leyes de la salud, en la cual se indica la máxima dosis permitida.
Los conservadores más utilizados
Entre los conservadores de alimentos más utilizados está el sorbato de potasio y el ácido sórbico, propionatos, sulfitos y anhídrido sulfuroso, parabenos, benzoato de sodio, etc.