Seguramente has escuchado hablar de la dieta mediterránea desde hace algunos años, lo cual se debe a que se considera como una de las más saludables alimentaciones. Es recomendada para conservar un estado de salud óptimo para el organismo, ya que previene e incluso mejora, ciertas afecciones.
¿Qué es la dieta mediterránea?
Se trata de un amplio concepto que se refiere tanto a una gran variedad de saludables menús, como a los distintos hábitos de vida, culturales y sociales, por ejemplo, disfrutar de comidas compartidas y pausadas.
Las técnicas de pesca o de cultivo, las tradiciones, el tipo de pastoreo o de ganadería, las especias, los aderezos, las formas de cocinar a fuego lento o alto, etc. También forman parte esencial de la dieta mediterránea.
Cuáles son los alimentos que la conforman
La dieta mediterránea se caracteriza por incluir una amplia variedad de alimentos. Por lo tanto, está dotada de una de las más valoradas propiedades: la capacidad de ser balanceada. Ofrece los distintos nutrientes que necesita el organismo para su saludable desarrollo.
El aceite de oliva, es sin duda uno de los elementos diferenciadores y básicos de la dieta mediterránea. Igualmente, los cereales, en especial el trigo utilizado para preparar el pan, conjuntamente con el arroz y la cebada, son esenciales alimentos, así como las hortalizas, verduras y frutas frescas. Pilar auténtico de esta alimentación y clave para sus beneficios múltiples.
Diferentes ingredientes
Verduras de hojas, naranjas, pimientos, uvas, berenjenas, tomates, cebolla, ajo, calabacín, etc. Prevalecen en la dieta mediterránea no como alimentos solos en sí. Sino como parte de los ingredientes incluidos en una amplia variedad de recetas y guisos de todo tipo.
Igualmente, uno de los alimentos que hacen única esta dieta, son las legumbres con diferentes alternativas de preparación para distintos gustos.
Y como no puede ser de otra forma, en los países del Mediterráneo predomina el consumo de pescados, azules principalmente, en lugar de las carnes entre las cuales prevalecen las carnes blancas.
Para complementar la dieta mediterránea también se incluyen frutos secos, semillas, lácteos como quesos y yogur.